miércoles, enero 21, 2009

Día 01: El Renacimiento de la Esperanza!!!

Barak Obama en su discurso

Estadounidenses recibiendo a Obama en Washington D.C.

Mujer conmovida con mensaje de apertura oficial

Irán

Perú

Japón

China

Kenia

Corea del Sur

India

Pakistán

Afganistán

Todos nos hemos quedado sin palabras alguna vez...

Algunas veces porque los nervios nos han vencido en el intento (y aunque sabemos lo que queremos decir, nos lo guardamos para nosotros mismos)... 

Algunas otras el enojo nos ha convertido en mutistas selectivos (y nos controlamos para no expresar aquello que producirá dolor)...

Otras veces es simplemente la incertidumbre la que nos invita a ser prudentes (porque no queremos parecer tontos o decir más de la cuenta)...

Sí, en la vida existen muchas clases de esos momentos...

Sin embargo, hay casos muy particulares y memorables... aquellos en donde las emociones que experimentamos son tan intensas que no nos permiten decir palabra... tenemos mucho que decir pero no podemos y al mismo tiempo todo nuestro cuerpo está hablando por nosotros...

Este fue uno de esos momentos.

Estabamos sentados inmóviles alrededor del TV cuando terminó su discurso... 

Yo no sabía que sentía... pero sabía que algo intenso estaba sintiendo.  

De entre las miles de ideas que cruzaban mi cabeza recuerdo haber pensado "Seré sólo yo el que se siente así en esta sala? en este momento??"... el silencia era casi armónico, podíamos escuchar las respiraciones de cada uno en la habitación... fue entonces cuando levanté la cabeza y vi a mi alrededor... 

...el nudo en mi garganta se hizo más profundo... 

Para mí aquel momento fue la evidencia de que ese hombre, un tal Barak H. Obama, no sólo había llegado a donde tenía que llegar y había comenzado con el pie derecho...

En aquella sala cada uno (y creo que a su manera, tratando de contenerse) posaba con brazos recogidos en el pecho, los ojos cargados de lágrimas y una sonrisa de oreja a oreja...  

Aquel cuadro coloquial era el rostro de la fuerza del verbo, el resultado del carisma que conquista al ser humano...

Aquellos eramos un grupo de personas (de diferentes lugares, costumbre y trasfondos) sientiendo en cada una de nuestras células, lo que la energía de la esperanza y la maravilla de la inspiración puede lograr...

Eramos familia que representaba comunidad, comunidad que representaba pueblos, pueblos que se convierten en ciudades, ciudades que hacen países, países que hacen un mundo, mundo que hoy día necesita con urgencia reconciliarse consigo mismo... 

Aquel fue un discurso diferente e incluyente, un discurso que trascendió las barreras de la localía... fueron palabras que invadieron de la manera más positiva y deseable el mundo en que nos encontramos... fueron palabras que yo interpreto como una invitación a reencontrar el camino que oriente hacia la verdad de la existencia... 

En tiempos tan difíciles como los que hoy vivimos, en donde el calentamiento global nos demuestra su fuerza, la crisis financiera es una realidad y los terremotos nos fragmentan, la única salida es la recomprensión del mapa-mundo, no en términos de la geografía del colegio, sino desde la premisa del afecto y la tolerancia que poco a poco se han ido desechando en la hoy consumista y mal mutada filosofía general de la vida que la sociedad nos presenta.

Es momento de repensar muchas de las ideas que tenemos en la cabeza.  

Es tiempo de dedicar un rato a la búsqueda de lo fundamental y verdaderamente necesario, de aquello que nos enriquece y nos realiza... de aquello que nos alimenta el espíritu y nos permite vivir tranquilos.

Esta oportunidad se nos abre a todos en esta época...

Los chic@s que hoy se encuentran en Oregon no están simplemente mejorando otro idioma o visitando otro sistema educativo... están viviendo una lección de vida que no se queda en lo material... dan sus primeros pasos en la escuela de la vinculación y la cercanía...

Primero consigo mism@s... a partir de ahí... con tod@s!

Descubren que las diferencias en entre unos y otros son muchas pero al mismo tiempo muy pocas como para separarnos de manera definitiva... porque para aquel que se lo propone, cada ser humano es un hermano... y el mundo como ente general una gran familia.

Esta misma oportunidad se nos está presentando en nuestro país.

Un desafortunado evento de la naturaleza se ha presentado sin pedir permiso y nos ha sacudido el piso, de forma literal.  Pero no lo ha hecho únicamente para que hagamos una radiografía de lo estructural y económicamente perdido...

Esta también es una puerta que nos invita a la profunda valoración de lo que nos hace dichos@s.  Algun@s han perdido su casa o parte de ella... y con ello la energía de la tierra les ha quitado millones de colones y el esfuerzo de muchos años...

Pero otros han perdido un padre, una madre, un herman@, un hij@ o un amig@... y con ello el destino se los ha quitado todo...

La balanza de lo material siempre será liviana cuando se enfrente a la absoluta verdad de lo que no se puede reparar o reemplazar... aquella persona que le daba alegría a nuestras vidas...

Estas últimas han sido semanas intensas y angustiantes para muchos... pero al final deberán ser recordadas por haber sido precursoras de un movimiento que, originado desde lo profundo del país, nos ha ofrecido la bendición de practicar la solidaridad, la fraternidad y el trabajo en conjunto como las claves para la reconstitución de una comunidad que debe ser eso: unidad y familia!

Es tiempo de regresar al inicio, a la revitalización de cada uno, a la integración de nuestra naturaleza... de eso trató el discurso... 

El norte es claro... el mundo clama por un orden que re-oriente, por un sentido de la responsabilidad re-naciente, sostenida por una tolerancia real.

Debemos reencontrar la habilidad innata que poseemos para ser emotivos y contempladores, debemos ser capaces de ver en lo profundo de la mirada y en lo sutil de la sonrisa, aquella luminosidad que basta para encontrar la felicidad...

Ayer, un mundo que está cargado de soledad y separación, escuchó palabras de esperanza... ayer se vió una figura que, más allá del credo, la política y la nacionalidad, habló desde el corazón y para el corazón!!  

Nos ha recordado que la tarea es dura y agotadora... 

Que demandará del compromiso y colaboración de tod@s...

Nos hizo participes de la solución y del resultado... por ende, de la satisfacción de la labor realizada.

Yo lo interpreto, una vez más, como un llamado a la tarea del amor.

Que seamos recordados con respeto por lo que con poder, sabiduría y constancia hemos construído con el tiempo que la vida nos ha regalado.

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