sábado, diciembre 27, 2008

El regalo de la comprensión... una inolvidable sensación!



Les contaba en mi artículo anterior que mi familia en Portland tenía una actividad planeada para el 25 de diciembre (me lo comentaron tan pronto ibamos camino a casa desde el aeropuerto el día que llegamos acá).

Pues bien, esta actividad resultó ser una extraordinaria experiencia.  Fuimos a colaborar en labores de limpieza en un albergue para indigentes, que durante ese día, realizó un almuerzo / cena de Navidad para las personas sin hogar que hacen su vida en los alrededores de Portland (sí, pasan mucho rato en las calles con este frío...)

Aparte de disfrutar la labor en sí misma y observar muchas caras de agradecimiento (expresiones de describir, dignas de admirar y recordar por siempre por su significado), fue interesante ser parte de una labor de limpieza "verde".

Con esto quiero decir que todo lo que tuvo que ver con cosas de cocina y desechos, fue dispuesto de manera que se pudiera reciclar y reutilizar todo al máximo posible (yo lavé como "10 millones" -aquello parecía de no acabar- de cucharas, tenedores y cuchillos plasticos para enviarlos a reciclar)... eso fue lindo también!

La gente aquí está muy ocupada en cuestiones ambientales, cada día compran más bolsas reutilizables para ir al supermercado y los programas de recolección de desechos son buenísimos... (creo que es hora de que nosotros dejemos de preocuparnos por el ambiente y al igual que ellos nos ocupemos de él, que es diferente...)

Quiero comentar además que estas actividades, más que considerarlas actos de caridad, debemos considerarlos actos de humanidad, son este tipo de cosas los que nos conectan entre nosotr@s  y nos permiten crecer en conciencia.

En general, una actividad enriquecedora desde todo punto de vista...

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