Hoy es sábado 20 de diciembre.
Como tal vez les había dicho antes (y si no lo había hecho, lo hago ahora), mi hermana de Portland (a quien conozco desde hace 10 años) ya no vive en Oregon y debido a sus horarios de trabajo no pudo lograr tener vacaciones para los días 24 y 25 de diciembre, sino que estará con nosotros hasta mañana (21 de dic).
Por todo esto, desde el día que llegamos a OR me dijeron que en la casa ibamos a celebrar la Navidad el 21 de diciembre, para que ella pudiera participar.
El día comenzó con "Santa" despertándonos a todos muy temprano por la mañana para abrir regalos y revisar que nos había dejado en nuestras medias colgadas en la chimenea (a mí me dejó más chocolates de los que creo me puedo comer... y sí, tengo mi propia media -hasta con mi nombre!-), para luego pasar el día en casa conversando y finalmente hacer una pequeña cena familiar.
Ha sido un buen día y lo he disfrutado mucho, sin embargo creo que me sentiré extraño el miércoles por la noche cuando por acá no tengamos ninguna actividad en la fecha real (ya me dijeron que mejor me vaya buscando una película para ese día).
No es la primera vez que paso una Navidad fuera de casa, pero esta no la voy a olvidar por esas dos razones: la primera haberla celebrado adelantado (con mucha nieve) y la segunda -aún más importante- ir contra las costumbres, nuestra naturaleza y emotividad propia de los 24 de diciembre familiares en CR (esperando que llegue la media noche con tamales, patas de chancho y demás, jejejeje)...
Ya les contaré como reacciona mi cuerpo ante semejante evento.
De momento me comeré otra galletilla...
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